El domingo 6 de noviembre de 2016 el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, inauguró oficialmente con una solemne Eucaristía la Iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas, confiada a la Comunidad de Sant'Egidio.
En la celebración estuvieron presentes el Presidente de la Comunidad de Sant'Egidio, Marco Impagliazzo, la Vicepresidenta, Hilde Kieboom, amigos venidos de Roma y Barcelona, así como representantes del Ayuntamiento de Madrid, diputados y otras autoridades. A la ceremonia, concelebrada por más de veinte sacerdotes que está, asistieron cientos de personas: jóvenes y adultos, ancianos y niños, amigos de la calle y nuevos europeos que forman parte del pueblo de Sant'Egidio en Madrid.
Tíscar Espigares, de la Comunidad de Sant’Egidio en Madrid, resaltó que “acogemos este don no sólo con enorme gratitud y alegría, sino también con un gran sentido de la responsabilidad ante la tarea de custodiar esta Casa de Dios emplazada desde hace casi 400 años en medio de las casas de los hombres. Será una casa abierta a todos: a los que buscan un espacio para escuchar la Palabra de Dios, a los que buscan alguien que les acoja y escuche, a los que buscan sentido para su vida o simplemente un momento de paz. Será una casa sensible al sufrimiento de los hombres y las mujeres en el mundo, desde la que cotidianamente se eleva una oración a Dios por los pobres, por los enfermos, por la paz. Será esa iglesia ‘abierta y tierna’ que el Papa Francisco continuamente nos indica”.
En su homilía, el Arzobispo de Madrid resaltó: “Esta iglesia sigue abierta a todos y ha sido encomendada a la Comunidad de Sant’Egidio para que sea la Comunidad quien nos muestre lo que hace un instante cantábamos en el salmo 16, que tenemos que responder y despertar para hacer cosas extraordinarias, que tenemos que mantener esta presencia de un Dios que quiere a los hombres, que tiene compasión de ellos, que se ha hecho hombre y ha pasado por uno de tantos, a nuestro lado. Representáis algo que es muy difícil en estos días: estar de parte del hombre, de parte del ser humano, que es algo esencial para la convivencia, para tirar muros, para establecer puentes y relaciones estables en nuestro mundo, relaciones que comienzan ocupándonos de aquellos que más lo necesitan, los que están a la intemperie, esos pobres que nos enseñan lo más esencial y nos ayudan a quitar de nuestras vidas los prejuicios que amenazan nuestra convivencia y nuestras relaciones. El Señor nos despierta, nos advierte, nos restaura. Nos dirige directamente al ser humano y al corazón mismo del ser humano. Miremos al hombre, no paséis de largo, miremos a los hombres a la cara y descubramos lo que necesita hoy el ser humano, seamos conscientes del momento histórico que estamos viviendo. Anunciemos dónde está el manantial de la riqueza al estilo de lo que vosotros como Comunidad de San Egidio tenéis. Vivid el carisma de la Comunidad aquí y en el mundo. Que Jesucristo nuestro Señor y su Santísima Madre bajo la advocación de las Maravillas os ilumine. Gracias a vosotros, especialmente a los que vais a estar aquí permanentemente haciendo verdad lo que pide el Señor: una Comunidad de Sant’Egidio en medio de este mundo. Que el Señor os bendiga y os guarde siempre a todos."