El Ramadán termina para los musulmanes con la fiesta del Eid al-Fitr, una ocasión también para estrechar los lazos entre cristianos y musulmanes. Cada año la Escuela de Cultura e Idiomas de la Comunidad de Sant’Egidio celebra el Eid al-Fitr con familias musulmanas procedentes de diferentes países: Siria, Pakistán, Bangladesh, Túnez, Marruecos, Argelia, Mali… Es una fiesta de familia que quiere dar testimonio también del amor gratuito de los cristianos para todo el mundo, especialmente estos días con nuestros hermanos musulmanes. Como ha recordado el director de la escuela, Xavier Vidal, “estamos juntos con un idioma común: el de la amistad, porque ésta es una manera de vencer los prejuicios que hay entre nosotros y cambiar nuestra ciudad.” Y ha insistido en la voluntad que tenemos de “ir al encuentro de todos, sobretodo de los que están solos como los ancianos o los más pobres”.
No ha faltado un gran banquete con los típicos ingredientes: los dátiles y los frutos secos, el pollo halal con aceitunas, verduras y arroz, la fruta, los dulces caseros típicos, elaborados por las amigas de Marruecos, Argelia y Siria, y el te. Fátima, de Marruecos, ha recordado que la fiesta de este año es especialmente significativa porque coincide con el 50 aniversario de Sant’Egidio y ha agradecido “ por ser una gran familia”.
Y Amira, de Túnez decía con una amable sonrisa: “Este año ha sido más bonito que nunca. Estaba todo preparado con mucha delicadeza“. Y a los cantos y a la fiesta con los niños se ha unido la poesía de Bàssen en árabe y catalán: “Visió”:
Amb l’aixada de la meva àvia
Vaig obrir un camí entre dos núvols:
Què vaig veure?
Vaig veure un Déu que es burlava de dues coses:
de la claredat amb què hi veiem
i de la brossa dels ulls.
