El rey Felipe de Bélgica ha visitado la casa de Sant'Egidio de Amberes, en ocasión del cincuenta aniversario de la Comunidad. Lo recibió Hilde Kieboom, vicepresidenta de la Comunidad. Cientos de niños, jóvenes y ancianos lo recibieron festivamente, bajo un espléndido sol.
El rey visitó primero el café-bar "Amici, coffee & books", donde sirven los cafés los 'Amici', las personas con discapacidad de la Comunidad. El local es la expresión de un proyecto de inclusión en el mundo laboral y en la sociedad. "Es un honor para nosotros que nos visite el Rey", dijo Tim Bachot. "Pero en nuestro bar ¡el cliente siempre es un rey!"
El rey Felipe estuvo hablando con un grupo de jóvenes, que explicaron su trabajo con Sant’Egidio y que hablaron sobre algunos temas sociales actuales, como la integración de los nuevos europeos, los Corredores Humanitarios para salvar a refugiados sirios, la soledad de los ancianos y la situación de los niños en los barrios pobres.
"Los de Sant’Egidio no compartimos la cultura del descarte", dijo Luca Van Cleempoel: "Intentamos que florezcan todos los potenciales humanos, todos los talentos. Así construimos un mundo de amor y de ternura, como nos pide el papa Francisco. Quizá no ganamos dinero para poder comprar el último móvil, pero recibimos mucho más: un amor verdadero y una amistad auténtica".
El rey Felipe se mostró muy interesado y dijo que estos testimonios lo animaban en su papel de construir un país mejor.
Al final, conoció a una familia de refugiados sirios, que llegaron hace unos meses con los 'Corredores Humanitarios', y algunas delegaciones de jóvenes y ancianos. Recibió como regalo una miniatura de la estatua 'Homeless Jesus' de Timothy Schmalz, que está delante de la Iglesia de Sant’Egidio.