El viernes 28 de junio se celebró en Abiyán, en la iglesia de Santa Juana de Arco de Treichville, Morir de Esperanza. Desde Roma, la oración que recuerda a los que han perdido la vida en los viajes por el desierto y por el mar, ha llegado a África, a uno de los barrios de la metrópolis de Costa de Marfil, país desde donde parten muchos jóvenes hacia el continente europeo.
Al encuentro, organizado por la Comunidad de Sant’Egidio, se adhirieron la Pastoral de migrantes de la Conferencia Episcopal Marfileña y representantes de algunas Iglesias evangélicas y de otras asociaciones. También había algunas familias de migrantes de quienes no hay noticias, representantes de varias organizaciones juveniles y la asociación de marfileños repatriados desde Túnez, donde terminó dolorosamente su “viaje de la esperanza”.
En su predicación, el padre Félicien Aguié –que presidió la oración por la archidiócesis de Abiyán– retomó las palabras que pronunció el cardenal Matteo Zuppi en Roma el 19 de junio pasado: “Tenemos que llorar por quien muere en el mar también aquí en África, como una madre llora por sus hijos; tenemos que ayudar como podamos porque una mano que salva es un trozo de paraíso en la tierra”.
Al conocer la iniciativa de la Comunidad, en un gesto de alto valor, a la misma hora quisieron unirse al recuerdo de quienes han perdido la vida en los “viajes de la esperanza” los responsables de la mezquita del barrio. El imán reprodujo lo dicho en la oración de la Comunidad en su sermón del viernes.
Al término de la celebración, en la iglesia de Santa Juana de Arco, todos los participantes se comprometieron a reflexionar sobre cómo sensibilizar a los jóvenes de los peligros de viajes que muy a menudo implican grandes riesgos y dejan sin futuro a una parte considerable de las nuevas generaciones africanas.