El viernes 12 de enero, en Nápoles, el cardenal Krajewski inauguró la Casa de la Amistad de Sant’Egidio acompañado de numerosos amigos. En el centro histórico, junto a los antiguos decumanos de la ciudad romana, ha abierto sus puertas un espacio para los más pobres, en los locales de la parroquia de San Felipe y Santiago, que está a cargo de la Fraternidad Misionera de Sant’Egidio.
Se trata de un amplio centro: en la planta baja hay duchas para las personas sin hogar y la Lavandería del Papa Francisco, que ha sido posible gracias a la ayuda del Pontífice.
En el primer piso hay ambulatorios, donde las personas podrán recibir atención odontológica, oculista y cardiológica.
Luego se sube al segundo piso, donde dos apartamentos darán cobijo a 12 personas sin hogar.
Durante la liturgia que se celebró al término de la inauguración, el cardenal Krajewski, que trasladó a los presentes el afectuoso saludo del Papa, pidió a todos que se convirtieran en “testimonios de la misericordia de Dios en los rincones más oscuros de la ciudad. Jesús –dijo– nos necesita para llegar hasta ellos”.
El día terminó con una comida para las personas sin hogar que se preparó gracias a la ayuda de los jóvenes del instituto de hotelería Elena di Savoia.