Del 10 al 12 de septiembre Berlín acogió la reunión internacional por la paz. Entre los participantes se encontraba Keiichi Akagawa, líder de una organización budista japonesa, Rissho Kosei-kai. Destacó la importancia de la audacia en la búsqueda de la paz, recordando el mensaje del Buda Shakyamuni y el llamado al desarme hecho a las Naciones Unidas en 1978. Luego describió varias crisis humanitarias globales, enfatizando la importancia de abordar las causas profundas del sufrimiento.
Flavio Ismael, originario de Mozambique, compartió los desafíos de África, desde crisis naturales como la sequía hasta desafíos políticos y económicos. Destacó la injusticia en la distribución de los recursos del continente y pidió solidaridad global para abordar tales desafíos.
Gaël Giraud, economista, ha identificado tres emergencias globales: la inestabilidad del Sahel, la creciente escasez de agua y la situación en Ucrania. Habló de la necesidad de reinventar el capitalismo y establecer un nuevo orden financiero global, y pidió un nuevo acuerdo similar al de Bretton Woods.
Bertram Meier reflexionó sobre el papel de las religiones en la promoción de la paz. Calificó la situación mundial como una "crisis permanente", subrayando la importancia del diálogo interreligioso y del servicio al bien común como respuestas a los desafíos actuales.
En resumen, los oradores destacaron la importancia de la solidaridad, el diálogo y la acción para abordar las crisis globales y promover un futuro pacífico.
