Alegría y fraternidad hicieron aún más hermosa este domingo la Basílica de Santa María del Mar de Barcelona. Personas muy distintas, unidas por el lazo de la amistad y de la solidaridad, se reunieron para celebrar el 55 aniversario de la Comunidad de Sant'Egidio. Ancianos, amigos de la calle, niños de las escuelas de la paz, refugiados ucranianos y nuevos europeos se sumaron a muchos otros amigos que participan en las iniciativas de Sant'Egidio en un clima familiar y de fiesta. En la celebración, además de las distintas comunidades que hay en la ciudad de Barcelona, estaban también las comunidades de Manresa y Tarragona y representantes de las instituciones y de distintas confesiones cristianas.
Presidió la liturgia monseñor Vincenzo Paglia, que en la homilía recordó que Sant'Egidio nació poco después del Concilio Vaticano II. "La historia de la Comunidad –destacó– es uno de los testimonios de la fuerza de aquel amor cristiano que abre los corazones y los muros para que nadie sea abandonado, olvidado o, peor aún, agredido, como está ocurriendo en Ucrania y en los demás países donde hay guerra".
Tras la celebración, en varios grupos, la jornada concluyó con un refrigerio y una fiesta popular. Especialmente emotivo fue el encuentro de los Jóvenes por la paz con los ancianos.
