Ivano-Frankivsk, en el oeste de Ucrania, es una de las ciudades donde confluyen los refugiados internos que huyen de las partes orientales del país, las más golpeadas por la guerra. Aquí, Sant'Egidio ha situado uno de sus centros de ayuda a la población empobrecida que sufre el conflicto.
Con motivo del 55 aniversario de la Comunidad, muchos se reunieron para orar y dar gracias: personas de todas las edades y condiciones, niños de la Escuela de la Paz, refugiados, jóvenes y adultos y con ellos discapacitados que, evacuados de un instituto en Kiev, ahora viven en tres coviviendas gestionadas por Sant'Egidio.
Junto a ellos también tres ancianos refugiados, alojados en una casa família. Entre estos Gleb, de Kharkiv, 90 años, que permaneció en los sótanos de su casa durante veinte días durante el asedio de la ciudad. Evacuado a Ivano-Frankivsk, vivió en un gimnasio utilizado como centro de refugiados. A partir de él, conocido en el gimnasio por los jóvenes de la Comunidad, nació la casa família en un piso de la ciudad donde se alojaban otras dos personas.