Cuarenta días después de Navidad, la Iglesia recuerda la fiesta de la presentación de Jesús en el templo. Son Simeón y Ana, dos ancianos que dedicaron sus días a la oración y al servicio en el templo, y que recibieron y reconocieron al niño, como nos dice el Evangelio de Lucas (2,22-40).
A ellos, símbolo de la capacidad que tienen las personas de edad avanzada para vivir el tiempo de espera y oración y para mostrar a las generaciones más jóvenes el camino de la esperanza, están dedicadas algunas casas familia de las Comunidades de Sant'Egidio en varios países europeos para ancianos que, de lo contrario, estarían solos o habrían sido institucionalizados.
En estas casas los ancianos vuelven a vivir en un ambiente familiar, lleno de afecto y de atenciones, acompañados por amigos más jóvenes. La alianza entre generaciones reconstruye el tejido humano que muchas veces está roto por el aislamiento social de los ancianos, y enriquece la vida de todos.
Ubicada en el centro de la ciudad de Amberes (Bélgica), la primera casa dedicada a Simeón y Ana, ha sido un lugar de salvación para muchos ancianos durante unos quince años, un lugar hermoso, luminoso y cuidado, donde los ancianos viven ayudados por jóvenes voluntarios de la Comunidad, muchos de los cuales son hijos de inmigrantes. Así, la Casa de «Simeón y Ana» no solo construye puentes de solidaridad intergeneracional, sino también intercultural.
En Italia, en Novara, la casa familia de Sant'Egidio se encuentra en la casa que perteneció al presidente Scalfaro, que la cedió Comunidad para que la convirtiera en un lugar de acogida y nueva vida para ancianos con problemas de vivienda.
En la primavera de 2019, en el antiguo barrio Gótico, en el centro de Barcelona, cerca de la sede de la Comunidad de Sant'Egidio, se inauguró una casa familia de Sant'Egidio dedicada a los dos ancianos del Evangelio: amplia y luminosa, está situada sobre las antiguas murallas romanas de la ciudad, pero está decorada con un gusto moderno y funcional.
Estas son solo algunas de las casas familia y las viviendas compartidas que Sant'Egidio impulsa para defender los derechos de los ancianos, pero en el día de hoy enviamos nuestros mejores augurios a todos los que viven en estas casas y ofrecen su amistad a las generaciones más jóvenes.
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