En el clima tenso de la capital ucraniana, se celebró la oración por la paz en Ucrania en la catedral católica latina de San Alejandro en unidad con todas las comunidades del mundo que, respondiendo al llamamiento del papa Francisco, dedicaron el 26 de enero a una oración particular para que la actual situación de tensión encuentre una salida pacífica.
Desde 2014, en realidad, desde que estalló la guerra en Dombás, todos los meses la Comunidad de Sant'Egidio ha convocado un momento de oración por la paz, que en esta ocasión ha tenido una solemnidad especial.
En la catedral, muchos kievitas, incluidos muchos jóvenes, se reunieron para participar en la oración presidida por el nuncio en Ucrania, mons. Vysvaldas Kulbokas, y que contó con la presencia de representantes de las diversas iglesias cristianas.
En la meditación que siguió a la lectura del Evangelio de Lucas 10,1-9, el nuncio destacó la importancia de la oración común: «La tentación es anteponer lo que divide y no lo que fortalece a la familia humana. Pero si damos prioridad al Reino de Dios, todo se vuelve secundario, y entonces las divisiones en las familias, los hogares, en el pueblo y entre los diferentes pueblos se vuelven secundarias, porque pierden su importancia ante el sol, que es nuestro Dios, uno para todos».
Participaron en la oración un obispo que representaba a la Iglesia católica latina y otro que representaba a la Iglesia greco-católica, junto con el obispo de la Iglesia ortodoxa armenia y otros representantes ortodoxos y protestantes, junto con las autoridades civiles.
Fue un signo de armonía entre los cristianos, que Sant'Egidio quería renovar en un momento de especial tensión, para buscar la paz para un país marcado por un conflicto que ya dura casi ocho años.