Al día siguiente del violento ataque en Wurzburgo, perpetrado por un somalí que padecía trastornos mentales y que terminó con el asesinato de tres personas y varios heridos, la Comunidad de Sant'Egidio se reunió en el lugar de la masacre, en Barbarossaplatz, en el centro histórico de Wurzburgo.
Con la participación de muchos nuevos europeos de diferentes culturas y religiones, los presentes quisieron mostrar su solidaridad con las víctimas y sus familias colocando flores y encendiendo velas, expresando también su rechazo a todas las formas de violencia, así como el compromiso con una cultura del convivir.
La ceremonia continuó en la cercana Marienkapelle con un momento de oración por las víctimas y por la convivencia pacífica en la sociedad.
La Comunidad, al reiterar su condena contra todas las formas de violencia, manifiesta su malestar por las voces hostiles que se alzan contra los nuevos europeos y pide que se refuerce la vigilancia contra los actos de racismo y xenofobia, para asegurar la convivencia pacífica entre culturas y religiones. En este sentido, Sant’Egidio trabaja desde hace años con cursos de alemán y con el movimiento Gente de Paz.