Cuarenta y dos años después de la elección como obispo de Roma de Karol Wojtyła es difícil definir su largo y sorprendente pontificado. ¿Cuál fue la grandeza de Juan Pablo II? Numerosos aspectos de aquel largo pontificado provocaron sorpresa en la Iglesia y en el mundo. Sin duda su herencia es la de la fe, pero también la de una recepción creativa del Vaticano II. Karol Wojtyła fue un protagonista del siglo XX, cuya dolorosa historia vivió y contribuyó a cambiar con la transición pacífica de 1989 en Europa del Este. Pero ante todo fue «un hombre de Dios», como ha afirmado el papa Francisco: «No había más que verlo rezar para darse cuenta que era capaz de sumergirse por completo en el misterio de Dios».
Para Roma fue un obispo atento a los diferentes estratos de la ciudad, visitando una a una las parroquias y dando confianza a realidades eclesiales que hasta entonces habían estado a la sombra. (Sigue leyendo en el Osservatore Romano)