El 5 de octubre de cada año, e impulsado por la Unesco, se celebra el Día Mundial de los Docentes para movilizar el apoyo a los docentes y asegurar que puedan seguir satisfaciendo las necesidades educativas de las futuras generaciones.
Este día es un momento oportuno para recordar la importancia de la escuela en el desarrollo de todos los países. Lo saben bien los niños y jóvenes de nuestros países, que a causa de la pandemia han visto cerradas sus escuelas durante meses. La escuela, y con ella los docentes, forman parte de los objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas; el objetivo número 4 es el de "Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos".
En la XXVI edición de este Día, traemos el ejemplo de una escuela particular, donde muchas personas, jóvenes y menos jóvenes, nuevos europeos, estudian para construir día a día su itinerario de integración en nuestros países. Se trata de la Escuela de Lengua y Cultura de la Comunidad de Sant'Egidio en muchas ciudades europeas.
La escuela también ha empezado a entregar diplomas de Cursos de Alta Formación para mediadores interculturales sociales en Europa; enlos próximos días proseguirán las "fiestas" de entregas de diplomas de certificación lingüística.
Otra novedad de este año es que la escuela, en tiempos de continua alerta por la pandemia, quiere ser un espacio de información y prevención sanitaria. Por eso médicos expertos han acompañado a los profesores de lengua para dar lecciones de educación sanitaria y prevención, acerca de la difusión de los distintos virus, la prevención de infecciones y especialmente de covid, y la importancia de las vacunas.
La Escuela de lengua y cultura desea que todos los profesores, con su trabajo, construyan una escuela que, como decía Zygmunt Bauman, en la sociedad líquida de hoy "sepa abrir a la esperanza por un futuro mejor".