La Comunidad de Sant’Egidio expresa su profundo dolor por el asesinato del padre Roberto Malgesini y lo transmite con cariño a sus familiares y a la diócesis de Como (Italia). Su sacrificio, de sacerdote y de cristiano, no ha sido inútil: da muestra de la fe de alguien que, a pesar de todos los problemas, no renuncia a vivir el Evangelio ayudando a los últimos. Su trabajo es de gran valor porque es la expresión de un amor por los pobres que no hace distinciones, pues no tiene en cuenta su origen, sino solo su bien. Es también una invitación a la sociedad italiana para que ayude cada vez más a quienes llevan a cabo este servicio a los más débiles de manera desinteresada y gratuita.