Esto también es resurrección: la de quienes por primera vez, incluso con más de 40 años, se sientan en un pupitre de la escuela y pronuncian su primera palabra en inglés. Así como la de quienes logran recuperar la dignidad sentados en un mesa junto con familiares y amigos.
Un pequeño milagro que ocurre en la isla de Lesbos en este mes de agosto. La isla se ha convertido en el lugar de encuentro de un grupo de 120 personas de varias edades y diferentes países europeos, convocados por la Comunidad de Sant'Egidio. Todos ellos han aprovechado sus vacaciones de verano y tenazmente se han puesto al servicio de quienes, durante meses y meses, han estado encerrados en el campo. Se ha podido servir comida, jugar con los niños, y ayudar de muchas maneras, pero siempre con una sonrisa (continuar leyendo en las noticias del Vaticano (IT)).