Un llamamiento para salvar la paz en Costa de Marfil en la vigilia de una campaña electoral difícil

 

En las últimas semanas, el marco político de Costa de Marfil ha registrado fuertes tensiones entre los candidatos a las próximas elecciones presidenciales de finales de octubre y los respectivos partidos. Ha habido reiteradas manifestaciones en las calles de diversas ciudades del país, que representa un pulmón económico para la África Occidental francófona. Se han descrito algunos enfrentamientos entre las diferentes facciones beligerantes y con las fuerzas del orden, con algunas víctimas y heridos.

Hay gran preocupación por un retorno al estado de crisis que en la década 2000-2010 causó una situación permanente de guerra civil, con la división del país entre Norte y Sur (de 2002 a 2010). Se sumaron además unas tres mil muertes entre diciembre de 2010 y abril de 2011, justo después de las elecciones que llevaron a la presidencia al actual líder Alassane Ouattara.

Sant'Egidio, que a lo largo de la crisis anterior ha apostado por la paz y el diálogo interreligioso, lanzó el pasado lunes un llamamiento para que la próxima campaña se desarrolle en un clima de diálogo centrado en los programas electorales. Hay que dejar a un lado las diferencias entre los grupos étnicos y sobre todo mantener a las religiones alejadas de los enfrentamientos en curso. Éstas, por el contrario, pueden y deben jugar un papel positivo para el país en el "espíritu de Asís".

“La paz es siempre posible – se lee en el texto del llamamiento - se realiza todos los días con gestos de amor, solidaridad, hermandad y nunca es aceptable relacionar los enfrentamientos y la incitación al odio a la religión. Y es aún más escandaloso incitar a la guerra en nombre de la religión, como vemos hoy con amargura en demasiadas partes de África, Oriente Medio y el mundo”.

Un conflicto, prosigue el texto, tendría graves consecuencias sobre todo para los más débiles y pobres: “Pensamos sobre todo en los niños abandonados, los que viven en la calle, los ancianos que no están protegidos y muchas veces son marginados. Pero también en el aumento de la pobreza, consecuencia de la guerra a pesar del crecimiento económico que hace progresar al país”. Por eso Sant'Egidio invoca “el sentido de responsabilidad y solidaridad de todos para que se conviertan en constructores de paz. Queremos, uno al lado del otro, respetar nuestras diferencias, que consideramos elementos de enriquecimiento mutuo y no de separación. Dirigir una única invocación a nuestro Padre, Dios Todopoderoso ”.

Para obtener más información, consulte el artículo en el Vatican News (FR)