En Buenos Aires, mientras se cierran muchas puertas a causa del confinamiento, se abre una casa para aquellos que hasta ayer eran "sin techo" y vivían en las calles de la ciudad.
En estos días “la Posada del Papa Francisco” ha abierto sus puertas. Un espacio de convivencia solidaria para personas sin hogar, en el distrito de Flores, justamente donde nació Jorge Bergoglio.
Juan Pablo, Rubén y Fabián son los primeros huéspedes invitados: amigos de muchos años, conocidos en el servicio con los "amigos de la calle" de la Comunidad de Sant'Egidio en Argentina. Hoy día comparten un hogar de verdad, recuperando aquello perdido debido a las circunstancias de la vida.
Con la ayuda de muchos voluntarios y amigos generosos, casi todos los días durante los meses de la pandemia, la Comunidad ha salido a las calles para alimentar a los que se quedaron solos y en dificultad. Y es significativo que, en uno de los momentos más difíciles para los pobres, después de haber conocido el sufrimiento de muchos de los que viven en la calle, se logre el sueño de dar un hogar y una nueva familia a algunos de ellos.
