También en Polonia, como en muchos países afectados por el confinamiento, la pandemia ha provocado el cierre de la mayoría de centros asistenciales, con consecuencias dramáticas para los más pobres.
En Varsovia, donde Sant'Egidio lleva más de 10 años ayudando con alimentos a las personas sin hogar que viven cerca de la estación de trenes, en barracas, casas abandonadas o parques, no se ha interrumpido jamás el reparto de comida por la calle.
Sí ha cambiado la modalidad, para evitar congregación de personas. Se reparten 700 paquetes por semana que contienen alimentos, mascarillas, desinfectantes y una hoja informativa con medidas higiénicas para protegerse del coronavirus. Los destinatarios han aumentado, y entre ellos hay también personas que han perdido el trabajo, jóvenes y mujeres.
Al inicio de la difusión del covid-19 también crearon un mapa solidario de la ciudad, en el que se indicaban muchos lugares periféricos y aislados donde viven familias muy pobres y ancianos a quienes la Comunidad ha empezado a llevar víveres y otras ayudas.
También han puesto en marcha un número de teléfono solidario (48798449840) a través del que se notifican cada día muchas situaciones de pobreza.
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