Es la alegría de ver que “los últimos” son “los primeros” la que une a tantas personas en las imágenes que nos envían desde Beira, en Mozambique, país tocado por el ciclón Idai el pasado marzo, que ha destruido casi toda la ciudad. Los jóvenes de la Comunidad de Sant’Egidio están construyendo casas para las personas más frágiles, que vivían en barracas cubiertas por placas de uralita. Entre éstas, muchos ancianos solos. Cada entrega de las llaves supone una fiesta que une al barrio. “El parterre está preparado, al terminar el año habremos hecho cincuenta casas”, escriben en los medios de comunicación de la ciudad mozambiqueña.
Las manos que gratuitamente construyen las casas son sostenidas por el sueño de ver Beira como vuelve a vivir. Las ayudas llegan de todas las partes del mundo, también a través de Facebook desde los primeros días de la emergencia, en los que se distribuyeron ayudas alimentarias y vacunas para prevenir la epidemia de cólera. Ahora la mayor parte del empeño también se destina a la reconstrucción.
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