El 13 de Julio la comunidad de Mönchengladbach celebró que ha mantenido ya treinta años de amistad con los ancianos. Desde los años 80 en Mönchengladbach se ha trabajado para que en las casas de reposo o residencias, donde la vida a menudo es muy difícil, ningún anciano sea marginado o abandonado.
Visitas, fiestas, vacaciones, salidas, y sobretodo la oración y la liturgia anuncian que nadie es tan viejo como para no poder hacer algo por los demás, y han restituido a centenares de ancianos la dignidad de poder ser parte activa en la vida de la Iglesia y de la sociedad.
En un tiempo donde aumenta el numero de ancianos en nuestras ciudades, está creciendo también la amistad entre generaciones: los Jóvenes por la Paz y los nuevos europeos, entre los cuales algunos originarios de Iraq, han sellado esta alianza dando a todos los ancianos presentes en la fiesta de acción de gracias, un pañuelo con las palabras “Viva los ancianos!”.