Día internacional del Pueblo Gitano: "Las palabras y los comportamientos racistas perjudican a todos. La integración de los gitanos es posible, y es beneficiosa para la sociedad"

En ocasión del Romanò Dives, el Día internacional del Pueblo Gitano, que se celebra el 8 de abril, la Comunidad de Sant’Egidio felicita a todos los gitanos. Además de recordar una historia caracterizada por persecuciones y sufrimiento –como el Porrajmos, el exterminio que sufrieron los gitanos durante la Segunda Guerra Mundial–, hay que condenar con firmeza las palabras y los comportamientos discriminatorios, racistas y violentos, como los que han tenido lugar recientemente en el barrio romano de Torre Maura. A un grupo de personas –casi la mitad eran niños– se les impidió incluso que comieran, y se llegó al vergonzoso gesto de pisotear su comida.  Son gestos que hacen daño a todos, que son una deshonra para la ciudad y que no resuelven, sino que más bien empeoran los problemas existentes en periferias abandonadas desde hace tiempo por instituciones y fuerzas políticas.

No debemos acostumbrarnos a un lenguaje agresivo que ofrece una imagen distorsionada de la realidad, sino que, por el contrario, debemos poner en valor los muchos ejemplos existentes de inclusión social, que está mucho más difundida de lo que se piensa. En el trabajo que Sant'Egidio realiza para fomentar la escolarización de los gitanos (que se hace, entre otros modos, a través de las Escuelas de la Paz, lugares donde los niños aprenden a vivir juntos y a rechazar toda forma de violencia), su formación y su inserción laboral, ve la actitud positiva y constructiva de una gran parte –asociaciones, instituciones y familias– de la sociedad italiana.  

De hecho, no pocos núcleos familiares de varias ciudades viven en casas y no pocos gitanos trabajan, contribuyendo así al bienestar de la sociedad. Tampoco faltan los ejemplos positivos de integración en muchas escuelas, gracias al trabajo silencioso y tenaz de los maestros. Las instituciones tienen que garantizarles la continuidad evitando los desahucios que interrumpen la escolarización de niños y jóvenes y echan por los suelos, en la práctica, los esfuerzos de sus educadores. A todo ello hay que añadir que gran parte de los gitanos, que ya hace años que no son nómadas, son ciudadanos italianos.

Esperamos, pues, que el Día internacional del Pueblo Gitano sea una oportunidad para distanciarse de un lenguaje y de unas prácticas que ayudan a ampliar las distancias y los prejuicios y para acometer con valentía iniciativas que favorezcan su plena integración en el tejido social de nuestro país, pues sabemos que eso beneficiará a todos los italianos.

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Foto de Repubblica.it