La estación de lluvias ha llegado a Guinea, pero para la Comunidad de Barcelona, ha llegado sobre todo el #veranodesolidaridad

De Cataluña al corazón de África por los caminos de la misericordia. Ese es el recorrido que ha hecho un grupo de la Comunidad de Sant’Egidio de Barcelona, que estos días en Conakry (Guinea) participa de las actividades del centro DREAM.

En un país que sufre una grave crisis política y económica, la gente debe hacer frente a innumerables dificultades para resolver los pequeños problemas del día a día.
Entre huelgas por el aumento del precio de la gasolina, manifestaciones que bloquean el tráfico días enteros, y a pesar de los problemas de suministro de medicamentos y alimentos que sufre el país, los centros del programa DREAM siguen siendo una esperanza para muchos.

Entre Conakry y los tres centros satélite (Fassia, Dubreka y Saint Gabriel), más de 4.000 pacientes forman parte del programa. Los jóvenes de Barcelona se han unido a las iniciativas de las activistas de Sant’Egidio-Je Dream. Con ellos han visitado las cárceles de Coyah y Dubreka:

«Su visita –explican– representa una luz en medio de la oscuridad absoluta. En las celdas no hay espacio para moverse, ni luz, ni agua, ni servicios higiénicos... casi no se puede respirar. Los presos sobreviven meses y años en estas condiciones. Nos llaman desde las celdas cantando «Jesus Seigneur, viens à nous sauver». Al finalizar el procedimiento judicial todos los presos tienen que pagar una fianza para salir. Si no disponen de medios, no salen. Como Rasid, de 20 años, de Sierra Leone, que lleva tres meses en la cárcel de Coyah. Su liberación, al igual que la de otros 13 presos, ha sido posible gracias a la colecta que han hecho muchos amigos de Sant’Egidio en Barcelona. Los zapatos nuevos que les daremos el día que salgan les servirán para recorrer nuevas calles lejos de la cárcel.

En la cárcel de Dubreka hay 100 presos, y muchos de ellos están enfermos a causa de la mala situación en la que viven. Desinfectamos las celdas, las viejas esteras y la ropa, y compramos colchones nuevos para dormir y medicamentos para curarles las heridas, y también algunos juegos de mesa que les entretendrán mientras esperan su liberación»

El verano de solidaridad continúa participando en las escuelas de la paz, repartiendo alimentos y ropa a los mendigos que viven en la calle. En Conakry estos días la lluvia es fuerte pero la luz de unas vacaciones así difícilmente se olvida.