Tras el primer grupo que llegó el pasado 16 de abril, la Comunidad de Sant’Egidio se alegra de poder alojar e integrar al segundo grupo de refugiados –formado por 9 personas– que el Papa quiso traer desde Grecia. Este nuevo gesto de Francisco – que esta mañana ha anunciado la Sala de Prensa Vaticana - permite entender a todos que la verdadera alma de Europa y la base para replantear su futuro no son los muros sino la acogida y la inclusión.
Con esta iniciativa la Comunidad se siente aún más alentada a desarrollar el proyecto de corredores humanitarios –que impulsa ecuménicamente con las Iglesias Evangélicas y la Mesa Valdesa– con el que ayer llegaron a Italia 81 refugiados sirios más. Los 280 que ya han llegado desde el Líbano, desde febrero hasta hoy, están demostrando que este modelo, que combina solidaridad y seguridad, funciona y se puede replicar en otros países europeos.