Una delegación de las Comunidades de Sant'Egidio de Tanzania ha visitado y llevado ayuda al campo de refugiados de Kibilizi, en la periferia de Kigoma, a orillas del lago Tanganika, no lejos de la frontera con Burundi y con la República Democrática del Congo.
Kibilizi es un campo de primera acogida, al que llegan hombres, mujeres y niños que huyen sobre todo de Burundi. Desde ahí el gobierno envía a los refugiados a campos del cercano distrito de Kasulu y a otras zonas más interiores del país.
Unos 300 mil refugiados se han ido de Burundi a causa de la tensión política y de la violencia. De ellos, casi la mitad se han refugiado en Tanzania, donde ahora hacen frente a una situación difícil a causa, sobre todo, de la escasez de alimentos y de la malaria.
Allí Sant'Egidio ha ido a encontrar a los refugiados (actualmente en el campo hay unas 900 personas, entre ellos muchos discapacitados y enfermos) y ha repartido productos de primera necesidad. Compró harina, legumbres, sal, aceite, jabón, pantalones y zapatos gracias a una recogida de fondos de la Comunidad de Sant'Egidio que en pocas semanas se ha hecho en toda Tanzania.
Las personas del campo se sorprendieron, porque era la primera vez –destacaron algunos– que llegaba ayuda al campo no de una agencia internacional, "sino de hermanos y de creyentes, de simples seres humanos que quieren ayudar a otros seres humanos".