El 26 de enero, en Neno (Malawi), fueron linchados hasta morir 4 ancianos acusados de brujería por la muerte de una joven de 17 años a quien le cayó un rayo. Por desgracia, episodios de este tipo son cada vez más frecuentes en Malawi y en otros países africanos. Los ancianos a menudo son acusados de brujería, y son objeto de violencia y de linchamientos.
La Comunidad de Sant’Egidio de Malawi se ha manifestado contra este trágico episodio difundiendo un llamamiento en el que, además de denunciar la violencia que a menudo sufren los ancianos, invita a las instituciones y a toda las sociedad civil a movilizarse en su defensa y a trabajar para construir una sociedad que defienda y acoja a las personas vulnerables.
"Una sociedad que mata, discrimina y aísla a los ancianos no tiene futuro", está escrito en el llamamiento.
En 2010, la Comunidad organizó en Lilongwe el primer Congreso Internacional sobre la situación de los Ancianos en África que llevaba por título “Ageing in Africa: Sensitizing the Nations”, del que surgió la necesidad de desarrollar un modelo de sociedad inclusivo que dé valor a la vida de los ancianos y supere el aislamiento y la situación de marginalidad en el que viven en muchos casos.
Mientras pedimos que se aplique la ley y que la justicia haga su camino, pedimos a todos los malawianos que se replanteen su actitud hacia las personas más vulnerables. Por más que todos estamos afectados por el asesinato de estos ancianos, también pensamos que hay que hacer más para proteger la generación de los ancianos. Como dijo el papa Francisco, en ocasión de su visita a la Comunidad de Sant'Egidio en 2014, "El trato que se da a los ancianos –y el que se da a los niños– es un indicador que revela la calidad de una sociedad".
Los ancianos son realmente un puente entre el pasado y el presente y nos transmiten la sabiduría para afrontar el futuro. Por eso una sociedad que mata, discrimina, aísla y maltrata a la población anciana pierde su futuro y muere extinguiéndose con la desaparición de su historia.
Hacemos un llamamiento a los jefes de familia ('Enimumba'), a los jefes tribales, a los líderes de las Iglesias, a la sociedad civil, a las autoridades públicas y privadas, a los políticos y a todos los malawianos de buena voluntad para que defiendan a los ancianos y se puedan evitar incidentes similares. Condenar la barbarie de acciones de este tipo no es suficiente, más bien tenemos que desarrollar una cultura que proteja a los ancianos y a todas las personas más débiles de nuestra sociedad. Este es nuestro llamamiento para construir un camino de civilización.
Por último, pedimos a todos los ciudadanos que luchen contra los linchamientos y que alcen su voz a favor de los ancianos para evitar que se derrame sangre inocente. Pongámonos todos de parte de la justicia y contra toda forma de linchamiento. Y sobre todo debemos ser conscientes de que no hay justicia sin vida.