Saludo de Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant'Egidio, al inicio de la marcha "Paz en todas las tierras":
Saludamos a todos los que están aquí con nosotros, a los religiosos y las religiosas, a los escoltas, a los niños y los jóvenes que encabezan nuestra marcha de paz.
Los niños son los que más quieren la paz. ¿Es así? Sí, los niños y los jóvenes son los que más quieren la paz y por eso hoy somos más jóvenes –aunque entremos en un año nuevo– con un gran deseo de paz. El año pasado decíamos que queríamos crear una paz popular y efectivamente el camino de este año ha sido hermoso e importante porque muchas personas de buena voluntad se han sumado en el mundo a este camino de paz de la Comunidad de Sant’Egidio. La paz se está haciendo más popular: está creciendo la gran demanda de paz en el mundo, y muchos empiezan a manifestarlo y a trabajar por la paz. ¡Empezamos el 2016 con esta buena señal!
En este año se celebrarán muchos aniversarios, pero querría recordar uno: hace 30 años empezó lo que se ha llamado el Espíritu de Asís. En 1986, el papa Juan Pablo II convocó a todas las religiones en Asís, en la ciudad de san Francisco –el santo de la paz– para rezar juntos por la paz, no uno contra el otro, sino uno al lado del otro, juntos. Este año recordaremos con fuerza este aniversario, porque sentimos que realmente todas las personas que pertenecen a una religión –los cristianos, los musulmanes, los judíos, los budistas, los hindúes– todos pueden desempeñar una gran tarea por la paz.
Lo hemos dicho muchas veces, pero hoy quiero decirlo nuevamente: solo la paz es santa, ninguna guerra es santa. Es importante decirlo. Este es el mensaje del Espíritu de Asís: solo la paz es santa, todas las religiones nos llevan y nos deben llevar a la paz. Y esta es la mayor derrota para el terrorismo: decir y repetir que ninguna guerra es santa.
Miremos Roma, Italia y Europa. Nuestros países, nuestras ciudades, las escuelas, los lugares de trabajo, las plazas, los barrios donde vivimos, son todos lugares donde se puede vivir y construir la paz. Nuestras ciudades europeas, Roma, son un banco de prueba para la construcción de la paz, porque hoy vivimos –como vemos también aquí– con muchas personas que vienen de todo el mundo. Les llaman extranjeros, pero nosotros queremos llamarles nuevos europeos. ¡Es importante decirlo!
Así pues, vivimos con muchos nuevos italianos, nuevos europeos. Y podemos construir la paz viviendo juntos, aprendiendo a conocernos, desde las escuelas hasta los lugares de trabajo, desde los mercados hasta las calles de nuestras ciudades. Alguien nos ha dicho en los últimos días que amar los valores es importante, pero demasiado fácil, mientras que es más importante amar a las personas. Nosotros queremos amar y conocer a las personas que viven con nosotros porque solo si las conocemos aprenderemos a vivir la paz.
En el mensaje de este año el Papa nos ha dicho: "Si quieres vivir la paz debes vencer la indiferencia". Parece una palabra difícil de entender, pero tiene un gran significado. A menudo hay guerras porque nadie hace nada por ellas. Nadie se ocupa de quien sufre por la guerra. Somos indiferentes cuando decimos: es algo que está lejos de mí. Somos indiferentes cuando nos cerramos en nosotros mismos y tenemos miedo de los demás o incluso llegamos a considerarlos enemigos, extraños. No nos cerremos nunca por miedo o por orgullo. Así no conquistamos la paz, sino que nos dividimos. Vencer la indiferencia significa que me importa, me interesa. Eres mi hermano y por eso me preocupo por ti: esa es la primera manera de no dejar solas a las personas que sufren.
Llevamos muchos carteles con nombres de países que sufren por la guerra. Representan a millones de personas que están sufriendo. Hoy queremos decir que nos interesamos por esas personas, que no queremos cambiar el canal cuando vemos su sufrimiento, que queremos hablar de ellos, les queremos conocer. Esa es la primera forma de construir la paz.
Un ejemplo es el viaje del Papa a la República Centroafricana. Muchos estaban preocupados por ese viaje, decían que era peligroso. Pero el Papa fue, y atrajo la atención internacional sobre aquel país olvidado de África. Y estos días se han celebrado elecciones pacíficas en la República Centroafricana. ¡Es una señal importante! Si no somos indiferentes, si encendemos la luz sobre una situación, si decimos que nos interesa, construimos la paz.
En el 68 los jóvenes americanos que querían un mundo mejor decían: "I care", me interesa. Don Milani convirtió esa frase en el centro de su escuela. Si nosotros nosotros también decimos "I care", me interesa, podemos ganar la paz.
(texto extraído de la grabación en directo y traducido por la redacción)