Sylla, Diaz, y todos los demás. ¿Os imagináis los Juegos Olímpicos y los Paralímpicos sin ellos? En la mesa redonda dedicada al tema “Una política de futuro para las migraciones”, en el encuentro internacional “Imaginar la paz”, Daniela Pompei, responsable de los servicios a los migrantes de la Comunidad de Sant’Egidio, ante Didielr Leschi, director general de la Oficina francesa de Inmigración e Integración, recordó las historias de éxito de los atletas medallistas en los juegos olímpicos y paralímpicos. Tienen los rostros de Myriam Sylla, jugadora de voleybol nacida en Palermo de padres marfileños, y Andy Diaz, saltador de triple salto de origen cubano. Son historias distintas. La primera habla de una migración económica y la segunda, de una solicitud de protección internacional. Ambas comparten un rasgo común: encontraron a ciudadanos italianos que se mostraron dispuestos a ayudarlos al inicio de su itinerario. El inicio es un momento decisivo y crítico. Lo fue también para el programa de los corredores humanitarios de Sant’Egidio: para los diez mil refugiados que han llegado a Europa fue decisiva la aportación sobre todo en la fase inicial de ciudadanos, de grupos, de asociaciones, que se mostraron dispuestos a ayudarles en su itinerario de integración.