1. ¿Quiénes son los rohinyás? Un grupo étnico no muy numeroso (poco más de un millón en su país y aproximadamente medio millón en el extranjero) que habla una lengua indoeuropea y es de religión islámica (en su versión suní). Vive en el norte de Birmania (o Myanmar), un país cuya población es mayoritariamente budista y habla lenguas sino-tibetanas. Según algunos estudiosos los rohinyás llegaron hace siglos a Birmania procedentes de Bengala. Según otros, serían poblaciones «autóctonas» que se islamizaron con el paso del tiempo.
2. ¿Por qué los rohinyás huyen de Birmania?
La mayoría de los rohinyás son apátridas. Para reforzar el consenso a su favor, la junta militar que ha gobernado Birmania durante medio siglo se ha valido de una mezcla de nacionalismo birmano y de budismo theravada, y ha discriminado a las minorías como los rohinyás o los kokangs y los panthays (musulmanes de etnia china). 
Dicha discriminación se ha visto facilitada por el hecho de que para la mayoría de la población, incluidos muchos activistas democráticos, los rohinyás y otros grupos no son compatriotas. Así pues, desde 1982 se niega la nacionalidad a los rohinyás. Como consecuencia, viven en estado de inferioridad y se violan continuamente sus derechos humanos, individuales y colectivos. Los rohinyás viven en campos donde hay superpoblación, fuera de la ciudad de Sittwe, capital de Rakáin. No tienen acceso al sistema sanitario ni escolar, están expuestos a arrestos y detenciones arbitrarios así como a trabajos forzados, no tienen propiedades, no se les permite viajar sin permiso oficial, se ven obligados a comprometerse por escrito a no tener más de dos hijos. Los militares se han responsabilizado de numerosos actos violentos contra ellos, como homicidios, violaciones y destrucción de mezquitas. Una vida que está por debajo del nivel de las leyes de Núremberg, en la práctica. Según los militares la culpa de todo es de los rohinyás, porque el Arakan Rohingya Salvation Army de vez en cuando lleva a cabo ataques a comisarías de policía. Pero hay una desproporción evidente entre los actos de dicha guerrilla y la situación de discriminación a la que se ha visto sometido un pueblo entero.
Dicha discriminación se ha visto facilitada por el hecho de que para la mayoría de la población, incluidos muchos activistas democráticos, los rohinyás y otros grupos no son compatriotas. Así pues, desde 1982 se niega la nacionalidad a los rohinyás. Como consecuencia, viven en estado de inferioridad y se violan continuamente sus derechos humanos, individuales y colectivos. Los rohinyás viven en campos donde hay superpoblación, fuera de la ciudad de Sittwe, capital de Rakáin. No tienen acceso al sistema sanitario ni escolar, están expuestos a arrestos y detenciones arbitrarios así como a trabajos forzados, no tienen propiedades, no se les permite viajar sin permiso oficial, se ven obligados a comprometerse por escrito a no tener más de dos hijos. Los militares se han responsabilizado de numerosos actos violentos contra ellos, como homicidios, violaciones y destrucción de mezquitas. Una vida que está por debajo del nivel de las leyes de Núremberg, en la práctica. Según los militares la culpa de todo es de los rohinyás, porque el Arakan Rohingya Salvation Army de vez en cuando lleva a cabo ataques a comisarías de policía. Pero hay una desproporción evidente entre los actos de dicha guerrilla y la situación de discriminación a la que se ha visto sometido un pueblo entero.
3. ¿Cómo viven los rohinyás en los campos de refugiados?Cientos de miles de rohinyás han huido de Birmania en los últimos años. La mayoría van a Bangladés, pero también van a Tailandia, Malasia o Indonesia. Entre 300 y 400 mil niños, mujeres y hombres han cruzado la frontera con Bangladés en búsqueda de cobijo, y se han asentado especialmente en una zona alrededor de Cox’s Bazar. Las condiciones de vida de los refugiados son terribles: no hay suficiente ropa y comida para todos. Recientemente, un fotógrafo de Associated Press, Dar Yasin, ha pasado unos días con los refugiados y ha hecho muchas fotos. Algunas acompañan este texto.
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