Llegaron a Fiumicino provenientes de toda Italia ayer por la mañana. Eran de parroquias, de comunidades cristianas de distintas denominaciones, de Potenza, de Terni, de Frosinone, de Turín, de Novara... Fueron al aeropuerto para dar la bienvenida a los refugiados sirios e iraquíes que llegaron ayer a Roma con los corredores humanitarios y para acompañarlos a sus casas, donde empezará su nueva vida.
Ellos son el verdadero rostro de Europa. No la Europa de los muros, sino la de los puentes, la que es fiel a su identidad. Así lo destacó Andrea Riccardi, el fundador de Sant'Egidio, que era uno de los que fue a recibir a los refugiados. En sus palabras de bienvenida recordó las palabras con las que empieza el Tratado de Lisboa, la "Constitución" de la Unión Europea: "La Unión Europea se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías". Y añadió: "La Europa de los muros no es la Europa auténtica: los corredores humanitarios dicen que existe una Italia que quiere ejercer su derecho de acoger".
Ante él había niños, ancianos, familias provenientes de lugares devastados por la guerra, como Homs y Alepo, cristianos y musulmanes, que tenían en sus ojos el dolor por la pérdida que han sufrido y la esperanza de una vida nueva.
También fue a recibirlos Luca Maria Negro, presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia, que destacó que el futuro de Europa depende de los "puentes" y no de los muros. Apoyó también la propuesta de Riccardi de realizar sínodo europeo en el que todos los cristianos de nuestro continente puedan debatir sobre la cuestión de los refugiados. En la misma línea intervino Paolo Naso, de la Mesa Valdesa. Junto a la Italia de la sociedad civil estaban los representantes del Ministerio de Exteriores (el viceministro Mario Giro) y del Interior (el prefecto Angelo Malandrino). Al finalizar intervino Daniela Pompei, de la Comunidad de Sant'Egidio, que cerró la conferencia de prensa dando las gracias a todos los italianos que acogerán a los refugiados.