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"Muchos se muestran escépticos con Europa, pero Europa no pierde su fuerza de atracción", afirma Nathalie Loiseau, diputada francesa del Parlamento Europeo, en la mesa redonda "¿Qué futuro le espera a Europa?"

La Europa actual parece una superviviente del siglo XX, para Jean Dominique Durand, historiador y presidente de la Amistad Judía-Cristiana de Francia. Con todo, Europa, que tras la Segunda Guerra Mundial ya no existía, no solo supo reconstruirse, sino también construirse sobre bases radicalmente nuevas con una solución comunitaria. Ahora se siente una fuerte inquietud. A este respecto, Giorgio Silli, subsecretario de Exteriores y Cooperación internacional del Gobierno italiano, afirmó que la invasión de Ucrania y la situación de Oriente Medio han interrumpido nuestra pseudotranquilidad. Todavía existen desequiligrios estructurales funtamentales en nuestra sociadad. “Pienso en el desarrollo y en la transición ecológica, en la desigualdad. Aquí entra en juego el trabajo de la Unión Europea, para aplicar las reformas necesarias que propuso la agenda Draghi. Es necesario un esfuerzo inmenso. Debemos ampliar la Unión Europea a los Balcanes. La cuestión ucraniana unió a Europa en un ideal común y Europa deberá estar aún más unida y cohesionada para responder a los desafíos de los tiempos. Debemos sostener como Europa el trabajo de solidaridad y diplomacia que ha llevado a cabo la Comunidad de Sant’Egidio y otras asociaciones”. En la mesa redonda participaron muchos jóvenes: “Queremos preparar una Europa que esté a la altura de lo que queréis”, dijo  Nathalie Loiseau, diputada francesa del Parlamento europeo. En Francia se habla poco y mal de Europa. La Unión Europea nace de la apuesta por la reconciliación franco-alemana. Pienso en Mitterrand y en Kohl, que se cogían de la mano. Esperamos ver una foto parecida por parte de los líderes israelíes y palestinos”. Europa es atractiva. “Pienso en Albania y en los países balcánicos. Muchos son escépticos con Europa, pero esta no pierde su fuerza de atracción. Muchos miran a Europa. Pensemos en los migrantes que afrontan viajes terribles para llegar a nuestros países “y eso demuestra que el ideal europeo con su sistema de valores no está en declive. Pero si no hacemos nada estamos condenados a una lenta agonía, porque estamos muy fragmentados ante el mercado global, somos demasiado dependientes de recursos de otros”.