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En el Congo oriental, devastado por la guerra, los niños refugiados hacen los exámenes finales de primaria en la escuela Floribert Bwana Chui

A pesar de la guerra que se extiende por las colinas de Goma, capital de la provincia del Kivu norte, en la República Democrática del Congo, el 3 de junio de 2024 empezaron con normalidad los exámenes que ponen fin a 6 años de escuela primaria.

En este escenario dramático, la escuela Floribert Bwana Chui de la Comunidad de Sant’Egidio ha sido seleccionada como sede oficial de exámenes para estudiantes provenientes de las zonas de guerra. Estos niños, que huyeron con sus familias y se refugiaron en la periferia de Goma, corrían el peligro de perder su casa y también la posibilidad de proseguir sus estudios.

No es casual que hayan elegido esta escuela para hacer los exámenes. El barrio en el que se encuentra, Mugunga, está en una zona especialmente afectada por el conflicto. Residen allí más de 85.000 refugiados provenientes de las zonas de Sake y de Nzulo, donde más intensos son los combates. Eligieron estar cerca de la escuela de la Comunidad porque allí se sienten “protegidos”. Y, en efecto, los niños y las familias reciben atención y ayuda. Por desgracia este enorme campo de refugiados espontáneo hace días que es blanco de los cañones de los rebeldes. En el último bombardeo 14 refugiados perdieron la vida y más de 40 más resultaron heridos.

A pesar de la atrocidad de la guerra, que cada vez está más cerca, la escuela sigue siendo un lugar seguro para estos niños. Estos días 354 alumnos refugiados hacen los exámenes de francés y de cultura general para completar el ciclo de educación primaria.

Es una forma de resistencia pacífica a la violencia que aumenta día tras día, y un signo de esperanza para los niños y para sus familias: la guerra y la violencia no debe apagar la sed de conocimiento y el deseo de paz y de futuro de los más pequeños y la Comunidad está a su lado para ayudarles.