El sábado 9 de marzo la Comunidad de Sant’Egidio de Nueva York se reunió en la iglesia de Nuestro Salvador con muchos amigos de la calle. Juntos recordaron por el nombre a todos los amigos y conocidos pobres sin casa que han muerto en el último año en Nueva York. Fue un momento lleno de ternura y familiaridad en una ciudad donde domina el anonimato, sobre todo para los pobres.
En los últimos años Nueva York se ha vuelto más violenta y más pobre: el número de personas que duermen en albergues se ha doblado desde el principio de 2022, y ha pasado de 45.000 a 91.000. Por eso Sant’Egidio está multiplicando su servicio. Con el paso de los años, la Comunidad se ha convertido en amiga y compañera de muchos de ellos.
Las velas que encendieron los niños de la Escuela de la Paz y las flores que recibieron al terminar todos los que participaron en la liturgia fueron el signo de la luz, la esperanza y la solidaridad que se da a muchos.