El 20 de noviembre de 1989, hace exactamente 34 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención de la ONU sobre los derechos de los niños y los adolescentes (Convention of the Rights of the Child).
Era la primera vez que, intentando armonizar las distintas experiencias culturales y jurídicas, se afirmaba de manera coherente los derechos fundamentales que deben ser reconocidos y garantizados para todos los niños del mundo.
La Convención se convirtió rápidamente en el tratado en materia de derechos humanos con el mayor número de ratificaciones por parte de los estados. Actualmente forman parte de la Convención 196 estados. Desde entonces cada año, el 20 de noviembre se celebra el Día mundial de los derechos de los niños y adolescentes.
Los cuatro principios fundamentales de la Convención sobre los derechos de la infancia y la adolescencia son:
- No discriminación (art. 2): los derechos que sanciona la Convención deben garantizarse a todos los menores, sin distinción de raza, sexo, lengua, religión, opinión del niño/adolescente o de los padres.
- Interés superior (art. 3): en toda ley, norma, iniciativa pública o privada y en toda situación problemática debe primar el interés del niño/adolescente.
- Derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo del niño y del adolescente (art. 6): los estados deben emplear el máximo de recursos para proteger la vida y el sano desarrollo de los niños, también a través de la cooperación internacional.
- Escuchar las opiniones de los menores (art. 12): prevé el derecho de los niños a ser escuchados en todos los procesos de decisión que les afectan, y el correspondiente deber, para los adultos, de tener debidamente en cuenta sus opiniones. (fuente Unicef)
En los últimos años las desigualdades han aumentado en varios ámbitos: desde el cambio climático hasta la educación, desde la salud mental hasta la lucha contra el racismo y la discriminación. Niños y jóvenes están haciendo oír su voz sobre aspectos cruciales para su generación, y piden a los adultos que construyan un futuro mejor. Un ejemplo de ello son las manifestaciones Fridays For Future contra el calentamiento global y el cambio climático.
Desde su fundación, la Comunidad de Sant’Egidio, en su dedicación a los más pequeños, ha promovido sus derechos y ha hecho frente a los complejos desafíos que se han ido planteando. En nuestros programas para la infancia brindamos respuestas concretas a muchos derechos que todavía hoy son negados. Hoy, en ocasión del Día Mundial de los Derechos de los niños y los adolescentes, queremos destacar algunos de estos aspectos:
¡Nunca más invisibles!
Según el artículo 7 de la Convención sobre los derechos del niño, todo niño debe ser “registrado inmediatamente al nacer, tener un nombre, una nacionalidad y, siempre que sea posible, conocer y se criado por sus padres”. Sin embargo, en el mundo uno de cada cuatro niños menor de 5 años no está inscrito en el registro civil (unos 230 millones de niños). Al no constar en el registro civil se les niegan derechos fundamentales como el acceso a la educación y a los derechos civiles, lo que les hace vulnerables a abusos y al tráfico de personas. Para luchar contra esta situación, la Comunidad de Sant’Egidio lanzó el programa BRAVO (Birth Registration for All Versus Oblivion) en Burkina Faso, Mozambique y Malaui, que está contribuyendo a reducir el anonimato de millones de personas, sobre todo niños.
En las librerías se puede encontrar “Nascere non basta”, un libro que trata la cuestión de los niños invisibles y del registro civil en África. Es una obra que se basa en la experiencia del programa BRAVO.
El derecho a la salud
El artículo 24 de la Convención afirma que todos los niños tienen derecho a gozar de buena salud, lo que incluye el acceso a agua potable, un ambiente saludable, alimentos, ropa y atención sanitaria adecuada.
El programa DREAM se ocupa de la salud de los niños africanos, para que pueda crecer una generación sin el virus del VIH y la malnutrición. Gracias a un plan de prevención de la transmisión del virus de la madre al bebé, más de 150.000 hijos de madres seropositivas han nacido sanos. Para más información, visita la web del programa DREAM. Por otra parte, los Centros Nutricionales de la Comunidad acogen cada día a miles de niños para garantizarles un crecimiento sano con una alimentación equilibrada.
La escuela
El artículo 28 reconoce el derecho de todos los niños a recibir una educación. La Comunidad de Sant’Egidio siempre ha priorizado este derecho, especialmente en las zonas más deprimidas del mundo. Hoy las Escuelas de la Paz, en 70 países, ofrecen gratuitamente apoyo escolar y educación en los principios de la paz y de la convivencia, gracias al trabajo de voluntarios de la Comunidad. Para saber más, visita nuestra web.
Además, gracias al Programa de apadrinamientos, más de 7000 niños de 22 países tienen acceso a la educación, y pueden cubrir los gastos de matrícula escolar, de libros, de material didáctico y de uniformes. Este programa no solo ayuda a los niños en los aspectos cruciales de su vida, sino que también es una ayuda fundamental para sus familias.