Los ecos de la oración por la paz de Berlín llegaron a Buenos Aires el pasado 16 de octubre. El encuentro, que se ha desarrollado en el céntrico Monasterio de Santa Catalina, ha contado con la presencia, junto al obispo católico ucraniano Mons. Kozelinski y a Mons. Giobando de la Arquidiócesis de Buenos Aires, de representantes de las distintas iglesias cristinas (bautistas, metodisti, iglesias evangélicas, armenios), judíos, musulmanes y budistas.
Este año, además de las oraciones de las distintas religiones según el Espíritu de Asís, se ha enriquecido con dos mesas redondas sobre “Religiones y la Paz” y “Los Jóvenes y la Paz”. La presencia de muchos jóvenes ha hecho fecundo el diálogo y el encuentro. En efecto, el diálogo entre los jóvenes de las distintas tradiciones religiosas destacó el papel de cómo los jóvenes trabajan en la construcción de la paz para un futuro mejor y sin guerras.
En la ceremonia final se escucharon dos testimonios sobre el horror de la guerra, el primero de un joven ucraniano que ha escapado recientemente del conflicto y el segundo de un joven armenio que ha barrado acerca del éxodo armenio del Nagorno Karabakh. En el sugestivo marco del claustro del antiguo monasterio se ha escuchado el mensaje del papa Francisco y se ha encendiendo el candelabro de la paz los representantes religiosos han firmado el llamamiento de Berlín, con la decisión de comprometerse a difundir “la audacia de la paz” en sus respectivas comunidades.
