Solidaridad, diálogo y paz: estos son los ingredientes de las fiestas que en estos días que preceden al final del mes de Ramadán. Las Comunidades de Sant'Egidio de los países asiáticos de mayoría musulmana, sobretodo Pakistán e Indonesia, las han organizado para romper el ayuno con sus amigos más pobres.
En Indonesia, en Yakarta, Bandung, Medan, Padang, Semarang, las cenas de la "buka puasa" (ruptura del ayuno) involucraron a unos cientos de personas, incluidos niños de escuelas de la paz y personas sin hogar.
En Pakistán, en Islamabad, la celebración se celebró en un campo de refugiados afganos donde desde hace unos meses la Comunidad ha iniciado una presencia solidaria, ofreciendo apoyo escolar y alimentario a niños y familias.
Son momentos de compartir y de solidaridad. En efecto, gracias al compromiso de la Comunidad, incluso los más pobres pudieron participar en una celebración que ocupa un lugar central en la vida de los fieles del Islam. En un mundo donde las divisiones y diferencias a menudo parecen prevalecer, estas iniciativas construyen puentes entre personas y grupos, promoviendo una cultura de paz y aceptación.