El jueves 23 de marzo, a las 18.00 horas, se inauguró en la Basílica de San Bartolomeo all'Isola el Memorial de los Nuevos Mártires de los siglos XX y XXI, un espacio expositivo instalado en la cripta bajo la Basílica, que data del año 1000, que permitirá a peregrinos y visitantes conocer mejor las historias de los mártires contemporáneos.
A la inauguración asistieron el cardenal Blaise Cupich, arzobispo de Chicago y titular de la Basílica, el prefecto Fabrizio Gallo, director del Fondo para Edificios de Culto del Ministerio del Interior, el cardenal Angelo De Donatis, Vicario General de Su Santidad para la diócesis de Roma, el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, y el Profesor Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant'Egidio.
El libro de oraciones de Massimiliano Kolbe y la estola del padre Pino Puglisi, el catecismo de las tres monjas asesinadas en Burundi y el breviario del padre Jacques Hamel: estas son algunas de las reliquias conservadas en el Memorial de los Nuevos Mártires que se inauguró en Roma en la Iglesia de San Bartolomeo all'Isola. "Este memorial es la culminación de la elección de Juan Pablo II de hacer de esta basílica la iglesia de los mártires del siglo XX - dijo el fundador de la Comunidad de Sant'Egidio Andrea Riccardi, recordando que el Papa polaco "había conocido de cerca el martirio y quería que no se olvidara. El siglo pasado se abrió con la gran masacre de los armenios en el Imperio Otomano pero en esos mismos años comenzó el martirio de los cristianos en el antiguo Imperio Ruso. Hoy estamos discutiendo el papel del Patriarcado de Moscú en la guerra de Ucrania, pero no podemos olvidar -subrayó Riccardi- que fue una Iglesia de mártires”.
El cardenal vicario Angelo De Donatis afirmó que “desgraciadamente el martirio ha vuelto a la actualidad en la Iglesia y nunca en la historia hemos tenido un número tan elevado de personas perseguidas por su fe”. Monseñor Fabio Fabene, secretario del Dicasterio para las Causas de los Santos, anunció, con vistas al Jubileo de 2025, la constitución de una Comisión para recoger "los nombres y testimonios de personas de los siglos XX y XXI que, con su ejemplo y sangre derramada edificaron la Iglesia.” Al evento también asistió el cardenal Blase Cupich de Chicago, cuya arquidiócesis ayudó financieramente a construir el monumento. “Los mártires -subrayó el cardenal americano- tienen el poder de construir la fraternidad entre los pueblos”. El acto fue clausurado por el prefecto Fabrizio Gallo, del Fondo para los edificios religiosos, que supervisó la restauración y recuperación de la cripta que hoy alberga el Memorial.
La Basílica de San Bartolomeo all'Isola es un lugar vivo de oración y encuentro. Confiado en 1993 a la Comunidad de Sant'Egidio, es frecuentado por jóvenes estudiantes de bachillerato y universitarios, que allí animan liturgias y oraciones, utilizando las salas anexas para actividades y servicios a los pobres. Después del Gran Jubileo de 2000, San Juan Pablo II quiso que la Basílica de San Bartolomeo all'Isola se convirtiera en el lugar de memoria de los Nuevos Mártires. Desde entonces la Basílica ha recibido un centenar de reliquias y es destino de peregrinos y fieles de todas las confesiones cristianas. En el recinto del Memorial se exhiben reliquias y testimonios de todos los continentes, de los mártires del comunismo, del nazismo, de los fallecidos por su servicio a los pobres, a la paz y el diálogo, de los mártires de la justicia y de la lucha contra la mafia, de misioneros mártires, de cristianos perseguidos en Oriente Medio, empezando por los armenios y siríacos asesinados en las masacres durante la Primera Guerra Mundial.
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