Han pasado 78 años desde la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau y el Día de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, que se celebra el 27 de enero, no es una conmemoración ritual. Mientras la generación de supervivientes y testigos de la Shoá está desapareciendo, el Día de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto invita a todos a asumir su legado y pide a las instituciones que aumenten la vigilancia para contrarrestar la propagación de los prejuicios antisemitas y racistas, aún muy presentes no solo en internet, y de las consignas y actitudes intolerantes en el espacio público, acompañados de la discriminación y la exclusión social de minorías y de quienes son diferentes.
La reflexión sobre la Shoá, que se gestó en el siglo XX tras décadas de antisemitismo y predicación del odio racial, fue decisiva para la paz y la reconciliación en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el recuerdo del abismo de Auschwitz sigue siendo una advertencia fundamental para el futuro de nuestro continente, justo cuando la guerra ha regresado trágicamente al suelo europeo.