Ni el perdón de la familia ni los miles de peticiones de clemencia que han llegado de todo el mundo han sido suficientes para que no ejecutaran a Kosoul Chanthakoummane, de solo 41 años. La ejecución se llevó a cabo anoche en la cárcel de Huntsville (Texas, EEUU).
La Comunidad de Sant’Egidio, junto a muchas personas que estos días se han sumado a la petición de clemencia por la vida de Kosoul, expresa su dolor y su indignación.
El horror de esta muerte es aún mayor porque las heridas que se infligieron hace 16 años se habían curado gracias al perdón del padre de la víctima, que ya en 2013 había manifestado públicamente, incluso a través de la prensa, su deseo de que Kosoul no fuera ejecutado.
La Comunidad de Sant’Egidio da las gracias a todos los que han suscrito el llamamiento para salvar a Kosoul e invita a todos a redoblar sus esfuerzos a favor de la vida y contra cualquier forma de pena de muerte.