Durante el Adviento, la comunidad de Sant'Egidio de Praga invitó a la ciudad a recordar en una liturgia a los que vivían en la calle y murieron el año pasado.
En Praga, esta liturgia, que se celebra cada año, está dedicada a la señora Vera. Murió sola en 2013 y no la encontraron hasta después de tres meses. Es un recuerdo que está idealmente vinculado al de Modesta Valenti, una anciana sin hogar que murió sin ayuda en Roma el 31 de enero de 1983. En muchas ciudades donde la Comunidad está presente, a partir de un nombre, se recuerda el de muchos «invisibles» a los que queremos estar cerca en la oración y la ayuda fraterna, para contrarrestar una de las formas más injustas de exclusión social.
La antigua iglesia de San Esteban, donde la Comunidad se reúne para la oración de la tarde, acogió a los pobres y a sus amigos en una solemne liturgia presidida por el cardenal Dominik Duka, arzobispo de Praga. En su homilía, el cardenal recordó que el amor del Señor y de la Comunidad acompaña a todos, en todas las situaciones y etapas de la vida.