El pesebre instalado en la iglesia de Sant'Egidio de Roma sigue la emocionante tradición de poblar el mundo donde nace Jesús con escenas de la vida cotidiana de gente pobre y sencilla. Jesús nace pobre entre los pobres, hay armonía entre el medio ambiente y el presepium, un término que en latín indica el pesebre que acoge al Niño, como dijo el papa Francisco.
En la iglesia de Sant'Egidio, primer lugar de oración de la Comunidad, el belén acoge a todos, como signo de una historia y un regalo de solidaridad vividos desde 1968 hasta hoy, de un afecto familiar nacido en el encuentro personal con los más pobres.
Entre los personajes hay jóvenes, ancianos y extranjeros, un hombre enfermo y un prisionero que reciben una visita, un artista discapacitado sumido en su pintura y representantes de confesiones y de religiones distintas, en el espíritu de Asís. Todos están alrededor de María, José y Jesús para participar en el nacimiento de un mundo nuevo.