El 17 de octubre la Comunidad de Sant’Egidio de Budapest organizó una visita al campo de refugiados de Vámosszabadi, al noroeste de Hungría. También formaron parte de la delegación miembros de organizaciones católicas y protestantes que acogen a inmigrantes. Algunos refugiados afganos que llegaron a Hungría hace algunos años y que son amigos de la Comunidad fueron también para ayudar a los recién llegados, que huyeron recientemente de la conquista del país por parte de los talibanes. Con su ayuda pudimos escuchar multitud de historias y nos intercambiamos el número de teléfono para seguir en contacto.
Los refugiados llegaron a Hungría sin nada, solo con la ropa que llevaban puesta. Se encontraron cerca de Győr, frente al campo de refugiados, al que no se puede entrar. La Comunidad repartió productos de primera necesidad: ropa para el invierno y alimentos (patatas, aceite, arroz, especias, fruta y dulces para los niños) que los refugiados agradecieron. Prepararon una comida delante del campo y los afganos quisieron corresponder al ofrecimiento invitando a todos a un té. Para los niños preparamos juegos para que se distrajeran de la vida del campo.
La presencia de la Comunidad, además de ayuda material muy necesaria, se propone como un rostro acogedor de Hungría, la promesa de que es posible un futuro común, sin miedos, sin racismo, violencia ni prejuicios.