Distintos credos unidos por un mismo objetivo: rezar por la paz. Artículo de Andrea Riccardi

El papa Francisco con el patriarca Bartolomé y en gran imán al-Tayyib el 7 de octubre a los pies del Coliseo durante la ceremonia final de "Pueblos hermanos, Tierra futura" - Foto Sant’Egidio 


Cristianos, musulmanes, judíos y otros creyentes se reúnen en Roma en nombre de la fraternidad y de la protección de la Creación 


Nuestro mundo no está en paz. Aumenta la tensión entre Estados Unidos y China en Asia y el Océano Pacífico. Son tantos, los conflictos locales, que el Papa habla de «guerra mundial por partes». El norte de Mozambique está asolado por el radicalismo yihadista, que ha provocado unos 600.000 refugiados. Etiopía está sumida en una terrible guerra civil. 


El terrorismo islamista está haciendo sentir su fuerza en Nigeria, Malí y los países vecinos. Hemos visto de cerca los dolorosos acontecimientos de Afganistán, que dejan una amarga lección: «La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal», escribió el papa Francisco en la Fratelli Tutti. El 14 de octubre es el primer aniversario de aquella encíclica que da la verdadera respuesta a la guerra: la fraternidad entre los pueblos y entre las personas. 


La Comunidad de Sant'Egidio invitó a mujeres y hombres de diferentes Iglesias y religiones a Roma los días 6 y 7 de octubre para debatir y rezar juntos: "Pueblos, hermanos, Tierra futura", es el nombre del encuentro, al que asistió el Papa Francisco. Mientras el panorama internacional presenta fuertes tensiones, los mundos religiosos se han acercado y han trabajado afirmando que solo "la paz es santa, nunca la guerra", como reza uno de los llamamientos de los encuentros promovidos por Sant'Egidio. 


Existe un fuerte vínculo entre la paz y el cuidado de la creación. El patriarca ecuménico Bartolomé, uno de los protagonistas del encuentro de Roma, es uno de los que más ha sensibilizado al mundo cristiano sobre la cuestión ecológica. Junto a Bartolomé está en Roma al-Tayyib, el gran imán de al-Azhar, la máxima autoridad musulmana suní, que escribió con el papa Francisco el Documento sobre la fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia común, firmado en 2019. 


Tayyib, que lleva años participando en encuentros en el espíritu de Asís, muestra al mundo musulmán un camino de paz y convivencia con las demás religiones, refutando el terrorismo islamista, peligroso pero más aislado entre los creyentes del islam. En el encuentro de Roma participan también el primado anglicano Welby, el presidente de los rabinos europeos Goldschmidt, el catolicós de todos los armenios Karekin II, así como muchos otros creyentes de diferentes religiones. 


El creciente compromiso de las religiones con la paz y el cuidado de la creación son un signo de lo mucho que los creyentes y los pueblos desean el fin de la guerra, la violencia y la explotación de la naturaleza. Su sueño es un mundo renovado por el espíritu de fraternidad, que hace que todos compartan un destino común. Si los "grandes", las razones de la política y la economía, los intereses niegan este sueño, las religiones tienen la voluntad de pedir a Dios la paz y de pedirla a todos en nombre de Dios. Muestran la fuerza débil de la oración y la confianza en el diálogo, que es más fuerte, más verdadero y más humano que muchas lógicas políticas y económicas. Y nos da esperanza para el mañana. Hace cincuenta años no habríamos visto a tantos creyentes de diferentes religiones juntos en el mismo camino de la humanidad: el mundo está cambiando y no siempre para mal. 



Artículo de Andrea Riccardi en Famiglia Cristiana del 10/10/2021