En ocasión del Día Mundial de los Refugiados, un grupo d ela Comunidad de Sant'Egidio de Bélgica ha ido a Calais, donde miles de jóvenes refugiados viven en la frontera en situaciones dramáticas desde hace meses y a veces incluso años. Provienen principalmente de Eritrea, de Sudán, de Afganistán, e intentan llegar al Reino Unido.
Las condiciones de vida son aterradoras. La gente duerme en pequeñas tiendas o al aire libre. Hay familias y menores no acompañados.
Los refugiados han agradecido los zapatos cómodos y resistentes, los sacos de dormir y los paquetes de alimentos. También han agradecido el "cálido" momento de encuentro, que ha terminado con un partido conjunto de voleybol.
Al ver a estos jóvenes, atrapados en su situación de refugiados sin un lugar al que llegar, es más fuerte la exigencia de que Europa afronte de manera seria y responsable la cuestión migratoria.
Sant'Egidio propone vías seguras y legales, sobre todo corredores humanitarios para los refugiados de guerra vulnerables. Entre las propuestas que recientemente ha presentado la Comunidad, está también la migración legal y temporal por motivos laborales y un compromiso más consistente por relaciones económicas más justas entre el norte y el sur y sobre la resolución pacífica de los conflictos, para que nadie se vea obligado a abandonar su país.
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