En los últimos meses, el comedor de Sant'Egidio en el distrito céntrico de Schwabing en Múnich se ha convertido en un punto de referencia para las personas sin hogar en toda la ciudad. Mientras algunas otras organizaciones, comercios y servicios públicos estaban cerrados, el comedor abrió aún más sus puertas, tanto que actualmente cada fin de semana se reparten más de 600 comidas calientes para llevar.
Se han servido 20.000 comidas en tiempos de pandemia. Para celebrarlo, se ofreció un ramo de flores y una tarjeta de felicitación a Ernst S, un anciano que viene desde hace años al comedor, que recibió su comida número veinte mil.
Desde el inicio de la crisis de Covid-19, el número de asistentes al comedor ha crecido. La comida, ofrecida gracias a las contribuciones de numerosas donaciones, ya no se distribuye solo los sábados, sino también los domingos.
Como observa Ursula Kalb, responsable de la Comunidad de Munich, muchos de ellos son nuevos pobres, especialmente personas con trabajos precarios que quedaron sin empleo durante la pandemia y que perdieron sus hogares, pero también muchos ancianos. Nadie se olvida, se mantiene el contacto con todos. No solo se ha multiplicado el número de personas necesitadas, sino también el número de voluntarios, de todas las edades, muchos del barrio, que asombrados de ver la cola, se dieron cuenta de la creciente necesidad y se sumaron al compromiso de la Comunidad.