Mensaje de Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant'Egidio, en ocasión de la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana.
Queridos hermanos y hermanas,
un saludo de paz de la Comunidad de Sant'Egidio en Roma en la Jornada para la Fraternidad Humana de la ONU.
Han pasado dos años desde la firma del documento fundamental sobre la "Fraternidad humana". La fuerza profética de ese documento es hoy más evidente que nunca. De hecho, hemos entrado en la dolorosa época de la pandemia, que ha traído mucho sufrimiento a un mundo ya desgarrado por divisiones, guerras y extremismo.
Por eso, el mensaje de Abu Dhabi resuena hoy con más fuerza para todos. El de un solo destino, común a todos los hombres y mujeres. Solo juntos podremos salvarnos y enfrentar los desafíos de este tiempo nuevo.
Este pacto entre religiones, expertas en humanidad, se anticipó a los tiempos y hoy nos reconforta su fuerza espiritual.
El hombre y la mujer de oración saben que el mundo no está condenado al mal, porque Dios no lo ha abandonado.
Es el sueño del que nos hablan las Escrituras: "Vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros ancianos tendrán sueños".
La profecía de una sola familia humana, finalmente reconciliada.
Sabemos que aún queda un largo camino por recorrer. Releamos esas palabras proféticas. Serán una hoja de ruta para la convivencia pacífica de los pueblos.