El tema de la escuela, en tiempos de pandemia, representa un problema muy grave. Prácticamente en todo el mundo, debido a las restricciones impuestas por la pandemia, los estudiantes experimentan la dificultad de seguir las clases, ya que muchas han pasado a ser online. Este hecho es particularmente grave especialmente para aquellos que, como los niños refugiados, ya experimentan muchas dificultades en el día a día.
En Uganda, donde se ha vivido un largo confinamiento desde marzo de 2020, las autoridades han decidido reanudar la enseñanza "presencial", al menos para los estudiantes de último curso que tienen que hacer exámenes.
La Escuela de la Paz del campo de refugiados de Nyumanzi también pudo reanudar sus actividades, en cumplimiento de las regulaciones anti-Covid. Los estudiantes de último año vuelven a entrar en clase después de desinfectarse las manos y medirse la temperatura. Llevan las mascarillas que la Comunidad ha donado a sus familias y también siguen algunos cursos de prevención de Covid-19, que involucran además a sus maestros y familias.
Además, Sant'Egidio ha firmado un acuerdo con la OPM, la oficina del Primer Ministro de Uganda, por el cuál se permiten las "outreach schools": escuelas al aire libre en los pueblos. De esta forma, ya hace algunas semanas que un grupo de docentes comenzó a ofrecer lecciones itinerantes. Los estudiantes, en grupos de 8-10 personas, se reúnen en espacios abiertos frente a las casas, transformándose en escuelas a cielo abierto. Una forma de asegurar la continuidad del curso escolar de forma segura, evitando así una brecha sociocultural que corre el riesgo de agravarse aún más por la persistencia de la emergencia sanitaria.