Barcelona y toda Cataluña han visto en los últimos días un nuevo y rápido aumento de contagios de covid-19: los casos se han más que triplicado, lo que ha provocado la imposición de nuevas y estrictas medidas de contención del contagio.
La situación provoca preocupación no solo desde el punto de vista sanitario, sino también económico. El turismo, fuente de empleo para muchos ciudadanos, está parado, y muchas otras actividades siguen cerradas tras el confinamiento. Muchas familias tienen serios problemas para proveerse de alimentos.
Llegan muchas peticiones de ayuda de inmigrantes que, con su trabajo, ayudaban a la familia que tienen en su país de origen (Filipinas, Perú, Honduras...). Hoy no solo no pueden enviar ayuda sino que no logran dar de comer ni siquiera a sus propios hijos.
El Centro de Acogida de la Comunidad, situado en la Casa de San Lázaro, es como un puerto abierto al que llegan muchas historias de dolor y peticiones de ayuda, un lugar donde encontrar alguien que te escucha, amistad y paquetes de alimentos que ayudan a superar este difícil momento.
Sant'Egidio ha abierto centros de distribución en cinco barrios más, donde cada semana varios cientos de familias acuden para pedir alimentos. También se han triplicado las cenas itinerantes y los días que abre el comedor, que solo en dos meses de confinamiento, ha recibido el mismo número de personas que en todo 2019.
La respuesta a una necesidad tan grande –y que va en aumento– es posible gracias a una amplia red de ayuda que se ha creado gracias a un "contagio positivo" de solidaridad.