Camerún es uno de los países del África subsahariana más afectados por la pandemia (15.173 casos confirmados y 359 muertos). Los contagios se han difundido desde Yaundé, la capital política, y desde Douala, el centro económico más importante del país. En estas dos ciudades vive una cuarta parte de los más de 20 millones de habitantes del país.
Si la pandemia en África es más lenta, el contagio económico es más duro.
El coronavirus ya está en todo el continente. Aunque en el África subsahariana la pandemia tiene una progresión más contenida respecto a otras zonas del mundo –a causa de varios factores como la baja edad media de la población– sus efectos se hacen sentir con dureza sobre la economía. Más que del virus, se muere de pobreza, agravada por la crisis sanitaria. Con los repartos de alimentos la Comunidad de Sant’Egidio ha encontrado en Yaundé a muchos ancianos, que están entre los más afectados por la crisis, junto a personas con discapacidad. También han recibido jabón, gel higienizante y cubos para recoger agua, porque hay muy poco respeto de las medidas de prevención entre la población.
Incendio en la cárcel central de Douala
El drama del covid-19 se vive de manera muy acentuada en las cárceles, donde crece la desesperación. Recientemente se ha decretado la excarcelación de 608 detenidos de Douala y de 700 de Yaundé, pero la superpoblación reclusa está aún en niveles críticos. Un grave incendio afectó a la cárcel de New Bell de Douala. Las llamas, que llegaron a amenazar el barrio densamente poblado que se extiende a su alrededor, devastaron varias celdas. Muchos detenidos lo perdieron todo: camas, ropa, objetos personales, etc., y han terminado viviendo al aire libre, en el patio de la cárcel. Se trata de un drama que ha agravado una situación ya precaria. En 2015 otro incendio ya había destruido parte del centro, viejo y con el techo de planchas, que se diseñó para 800 personas pero contiene cuatro veces más. La Comunidad, desde Roma, ha dado nuevos colchones para los que lo perdieron y sigue trabajando para humanizar la situación de los detenidos.