Los niños tienen muchas ganas de escuela: lo vemos estos días en el entusiasmo de los niños de las Escuelas de la Paz, felices por volver a estudiar y aprender con los jóvenes voluntarios de las Escuelas de Verano, los centros veraniegos de Sant’Egidio que ya están en marcha en muchas ciudades.
La Escuela de Verano es una escuela para conocer el mundo
En la Escuela de Verano estudian con los libros de las vacaciones y kits personalizados que han preparado los jóvenes. Se ponen al día en las materias básicas, pero dejan también espacio a la ecología, a la educación alimentaria, y especialmente a la educación sanitaria. A través de juegos, los niños aprenden las reglas para prevenir el contagio del coronavirus, para poder llevar a cabo las actividades de manera segura.
Escuela de manera segura
Las aulas tienen pocos niños que estudian con uno o dos jóvenes. Los ambientes están bien ventilados y se priorizan las actividades al aire libre. Se desinfectan las manos con frecuencia, la mascarilla es obligatoria y cada uno tiene una bolsa con el material que utiliza.
La belleza de la escuela
Muchos niños tienen miedo del covid-19 y hablan con nostalgia de la escuela y de poder estar con los demás niños. En el centro de verano demuestran su deseo de aprender cosas nuevas. El cierre de la escuela les había dejado un gran vacío. Ese ha sido otro motivo por el que muchos estudiantes de secundaria y de universidad han respondido a la invitación de la Comunidad de dar clases a los más pequeños para que puedan recuperar el tiempo perdido, también a través del blog de los Jóvenes por la Paz.
Muchos niños hijos de inmigrantes casi habían olvidado la lengua y al principio tenían problemas para comunicarse. Otros, que viven situaciones familiares muy frágiles, estaban nerviosos y reflejaban el clima de tensión que se ha vivido en estos meses de confinamiento.
La "rutina" de salir de nuevo cada día parece un sueño, así como el retorno a un mundo de relaciones y novedades que no pueden faltar para crecer con serenidad.