Las clases de la Escuela de la Paz" del campo de refugiados de Nyumanzi quedaron interrumpidas el pasado 20 de marzo con el cierre de todas las escuelas de Uganda a causa de la pandemia. Las autoridades ugandesas están decidiendo ahora reabrir parcialmente las escuelas. Los primeros que volverán a clase serán los niños de la "Primary 7" que este año deberán hacer el examen final.
Con la perspectiva de la reapertura, la Comunidad de Sant’Egidio ha organizado una visita especial al campo de refugiados de Nyumanzi para llevar su experiencia sobre la prevención y la lucha contra la pandemia de coronavirus en África, aprovechando la experiencia de sus centros Dream de tratamiento de enfermos de sida y de tuberculosis.
Se ofreció a profesores y responsables una serie de clases sobre los protocolos nacionales y sobre las indicaciones de Sant’Egidio para que los pudieran transmitir a los alumnos en el momento de reabrir la escuela, que se amplió también a los responsables del campo. Además, se puso en marcha la producción de mascarillas utilizando las máquinas de coser que ya había comprado la Escuela para un curso de confección para adultos.
Estos días, además, han empezado los trabajos de construcción de nuevos servicios higiénicos y de lavabos para aumentar la higiene de los alumnos y de los profesores de la escuela. Las obras se llevarán a cabo gracias a la ayuda de la Agencia Italiana de Cooperación y Desarrollo (AICS) y de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) que ayudan a las actividades de prevención contra el coronavirus, además de las actividades pedagógicas habituales. Una de las iniciativas previstas es la posibilidad de aumentar la disponibilidad de agua corriente gracias a un depósito que almacenará el agua extraída del pozo existente y a una bomba impulsada por energía solar.
La visita ha sido también la ocasión de demostrar a todos los refugiados de Sudán del Sur que viven en el campo de refugiados de Nyumanzi que la educación es una prioridad para Sant’Egidio y que la "School of Peace" es un lugar donde se da a los niños las mismas oportunidades que tienen los niños de su edad que viven en otros lugares del mundo. Los adultos del pueblo, que rodea la Escuela, por su parte, han confirmado todo su apoyo para seguir con el proyecto educativo y de paz emprendido.